Ya lo dije en alguna ocasión, no hay nada como correr en dos sitios, la montaña y la playa. La montaña te da libertad, capacidad y aguante para cubrir desniveles y sufrir mucho mientras disfrutas más. Pero la playa también me da mucha tranquilidad, el sonido del mar en tus oídos mientras corres es realmente recomendable.
Ayer salí a correr con mi hermano Marcos, que llevaba un tiempo sin entrenar y siempre que corremos echamos un muy buen rato. Cubrimos el circuito que tengo alrededor de Coria y Puebla de Río, 10,6k de subes y bajas cambiando desde asfalto a caminos y senderos. Es completo aunque echo mucho de menos recorridos con más desnivel. Ya es mala suerte que disfrute tanto la montaña y se viva tan lejos de ellas.
Hoy como primer contacto con la playa, saldré a correr unos 10k por otro circuito playero que hice el año pasado. Además me gusta mucho correr por los paseos alrededor de la playa y parques porque te encuentras con decenas de otros deportistas que también han salido a sufrir un poco.
El miércoles retomo lo que dejé el año pasado: el SURF. Me encantó pero no le pude echar el tiempo que necesitaba el asunto. Además vamos a Tarifa y qué mejor sitio para continuar con el surf.
Por último decir que hace unos días nos inscribimos en el triatlón de Rota, que se celebra el 1 de septiembre y con la que yo al menos, y Pedro también, nos estrenamos terminando nuestra primera prueba. Tuve un intento antes en la de Sevilla pero no pude terminarla. Tan sólo ha pasado un año, pero a nivel deportivo, ha llovido tela. Ha sido un año de eventos y nuevas sensaciones. En estos 12 meses he hecho 3 medias maratones, un maratón, 3 carreras populares, un Iron Man 70.3, 4 triatlones Sprint y varias salidas a la montaña a entrenos en altura. Ah, y la súper aventura a los Pirineos, que también requería su exigencia física. Un año lleno de recuerdos y de sensaciones que ya nunca olvidaré.
Si hay alguien ahí, gracias por estar
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