viernes, 25 de octubre de 2013

Hace ya 14 meses que empecé a dar el primer paso para dirigir mi vida a donde quería. Al principio me costó la misma vida salir de las rutinas adquiridas y crear otras nuevas, otras que me hicieran sentir mejor conmigo mismo. Ni antes era una situación dramática, ni ahora es todo cantar y bailar como en "Sonrisas y lágrimas", sonriendo mientras corro por un prado verde. Pero oye, se siente uno bien cuando siente lo que hace, y dice lo que siente, sin tapujos!

Después de éste comienzo "reflexivo", sólo escribir unas líneas sobre los últimos entrenamientos y lo que ellos aportan al plano emocional y mental. Ayer salí a correr con las firmes intenciones de hacer unos 12 kilómetros, sin muchas prisas ya que llevaba dos días a ritmos altos para mi, y notaba que las piernas necesitaban algo más tranquilo, para "tonificar" y volver a coger fuerzas. Pues me lancé a la calle a hacer un circuito que mezcla asfalto, carril de tierra y carril de piedras algo sueltas. 

Pero fui sintiéndome bien, notas como la respiración limpia se sincroniza con tus pasos y el organismo parece engranar y explosionar cual motor de gasolina. Suena estúpido, pero así lo siento. Entonces es cuando decides, de verdad, si vas a continuar durante más rato y a qué velocidad puedes aguantar. Lo de la velocidad lo tenía claro, hoy no tocaba ir ligero, pero la distancia no era fija y disponía de algo de más tiempo de lo habitual. Así que decido continuar por carriles que cada vez parecían más desolados y el paisaje cambia a arrozales y el olor a marisma te invade para bien. Si encima empiezas a ver a centenas de Flamencos volando y posándose a escasos 200 metros tuyos, pues la verdad, vas corriendo con una sonrisa dibujada en el rostro. 

Así iban pasando los minutos y noté que estaba bastante lejos de casa, decido ir tomando otro camino de me lleve de vuelta, pero que no sea dar el mismo que traía, quería seguir descubriendo parajes nuevos, eso te lo da la carrera a pie, esa sensación de libertad y soledad, aunque sea por un rato, es una sensación reveladora!

Llegué a casa tras algo más de 90 minutos y algo más de 19 kilómetros. 

Antes de despedirme, quiero felicitar a mi hermano Pablo, hoy cumple años!!
Si hay alguien ahí, gracias por estar
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