miércoles, 30 de enero de 2013

Qué silencio, qué paz, qué fluidez invade mi cuerpo y mente cuando nado en la piscina. Las sensaciones en el agua mejoran día a día. Nado con mucha sensación de NO cansancio. Algo desconocido para mi hasta hace muy poco. Desde que me propuse dejar de fumar, estoy experimentando unas sensaciones muy fuertes, a todos los niveles.

Recomiendo a quien estuviera dudando, que nade, que nade todo lo que pueda. Sienta y viene bien para muchos aspectos. Físicos y psíquicos! He hecho una sesión progresiva de 3km. En 2 series de 1.500mt. Nadar me aporta capacidad pulmonar, la aumento día a día, y eso es fundamental a la hora de entrenar en rangos altos de rendimiento.

Una historia singular. Los inicios del Marathon des Sables fueron, cuando menos, curiosos. El impulsor de la prueba fue el francés Patrick Bauer que, en un rapto de insensatez, intentó emular a Moisés (o eso dijo) recorriendo a pie más de 300 km a través del Sáhara. Su propia hazaña le gustó tanto que decidió organizar una carrera anual con un recorrido similar al que había realizado.

Entre las anécdotas más llamativas de la prueba, se encuentra la de un participante, Mauro Prosperi, que se perdió en el desierto y, cuando seís días después le encontraron, pesaba 18 kilos menos. Cuando Prosperi abrió los ojos sólo vio arena en todas partes. La competición entre atletas era ahora una contienda con la naturaleza. Su meta ya no era ganar la carrera sino permanecer con vida. Obviamente, el desierto del Sáhara no es compatible con la vida humana. Habitualmente, las temperaturas diurnas son superiores a treinta y siete coma siete grados, y las nocturnas pueden ser inferiores cero.

Si hay alguien ahí, gracias por estar
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